domingo, 20 de abril de 2008

Innovación

Es bien conocido en el mundo científico que existen 3 modos de ver la investigación:
  • Investigación básica: Es aquella donde solo se busca nuevo conocimiento, sin buscarle ninguna aplicación. Está promovida por la curiosidad y el ansia de saber humanos y es la base de todo conocimiento científico y de toda innovación.
  • Investigación aplicada: En este caso sí que se buscan aplicaciones a la investigación a corto plazo. Es una investigación más práctica
  • Desarrollo tecnológico: Se trata de usar conocimientos previos, generalmente a partir de los dos anteriores, con el fin de obtener nuevos productos, equipos o procesos o bien para mejorar los existentes.
Es el desarrollo tecnológico el que se traduce en beneficios (económicos, sociales, ambientales, etc.) que surgen como resultado de la innovación (aprovecho así para unirme al debate).
La innovación surge a partir de las ideas ¿y de donde vienen las ideas? del ser humano. Cuando conocí la palabra brainstorming, me encantó este modo de innovar, donde uno puede decir lo que quiera, de forma relajada, sabiendo que si es un tontería, todos reiríamos y nadie te miraría mal. Muchas veces de esas tonterías, surgen ideas geniales, y de ahí a la innovación solo hay un paso.
Y es que para innovar hay que arriesgar y eso no va mucho con la función pública, donde se tiende a implantar solo las cosas que otros han probado ya con éxito. Existe la tendencia - y yo lo veo especialemente en el ámbito tecnológico donde trabajo - a no arriesgar, a poner lo que funciona seguro. Es muy conocida la frase "a nadie la echan por poner IBM". Esa frase solo refleja el miedo al fracaso y así es imposible innovar. Otra conocida frase "que inventen otros" también podría decirse "que innoven otros". A veces hay que lanzarse y si algo no funciona, aprender de los errores y solo así mediante un proceso de prueba y error llegaramos a la mejora y al refinamiento de los procesos.
Tampoco es cuestión de irse lanzando a la piscina continuamente pues luego siempre arrecian las críticas como la típica "claro como gastan un dinero que no es suyo...".

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es verdad, la Administración arriesga poco. Es más fácil tener problemas por equivocarse que por no hacer nada, así que mejor no moverse que además te cansas menos. Pero, claro, ese no es el mejor caldo de cultivo para la innovación.

Una posible vía para innovar sin asumir grandes riesgos podría ser "experimentar" en ámbitos reducidos, a manera de piloto, y desplegar después en el resto de la organización las "innovaciones" que hayan funcionado en el piloto.

Por comentar ;-).

Morgana dijo...

A mi la palabra brainstorming también me fascinó cuando la conocí. Y me sigue fascinando el concepto.

Las reuniones de tormentas de ideas, además de ser generalmente divertidas, están basadas en la horizontalidad de las relaciones entre los intervinientes: relaciones entre pares.

Las estructuras y las relaciones jerárquicas no propician la innovación, sino el miedo (del que hablas acertadamente) y la desidia.

Las buenas ideas surgen cuando la gente se siente libre de decir tonterias, cuando no quieres demostrar nada ante nadie.

No se puede innovar si se teme el fracaso, si se arriesga demasiado.

Deberíamos pasar del concepto de brainstorming al de
projectstorming: lanzar muchos proyectos, sin miedo a que no lleguen a buen puerto. Con que uno de diez funcione, ya ha habido éxito.

En Europa, y especialmente en España, no arriesgamos lo suficiente.

Borja Rius dijo...

estoy de acuerdo con vosotros. en la administración resulta dificil innovar y la condiciones no son muy favorables. sin embargo internet i el 2.0 estan ayudando a difundir las innovaciones que se van produciendo y a que los innovadores esten en contacto y animen al resto. es un poco "fecto bola de nieve".